22 de Octubre 2004

La importancia de llamarse Raskolnikov

Siempre he tenido debilidad por los clásicos rusos, pero por alguna razón me da una pereza inmensa empezar a leerlos. Y es que, por desgracia, uno tiene que hacer un esfuerzo inicial de memoria para poder entenderlos, simplemente por los nombres. Y es que un ruso tiene nombre de pila, patronímico y apeyido, y dependiendo de la confianza que tenga con el interlocutor se le llamará de uno u otro modo: es decir, que todos los personajes tienen al menos tres o cuatro nombres diferentes, y todos parecen iguales. Tomemos un ejemplo tonto, Rodio Romanovich Raskolnikov, el protagonista de Crimen y Castigo. El narrador, gracias al cielo, le llama por el apeyido, Raskolnikov (es típico de Dostoievski, pero otros no lo hacen). Los extraños tambien le llaman así. Los amigos, sinembargo, le llamaría Rodion Romanovich, todo junto, y la familia utilizaría su diminutivo, que no recuerdo exactamente cual es, seguramente por lo poco que se parece al nombre (Ivan=Vania, Pabel=Pashka, Anton=Toshka, Mijail=Misha, Arkadi=Akasha... ¿Y Rodion...?). Las muejres son un poco mas complicadas, porque de solteras llevan el patronímico, y de casadas el nombre del marido (como la Gorvachova, o Anna Karenina, que no se apeyidaba así, eso ni siquiera es un apeyido, es el del marido, Karenin) La suerte es que Crimen y Castigo no tiene muchos personajes. Anna Karenina es otra historia...

¿Y a que viene esto? No lo sé, en realidad. Llevo un tiempo pensando en Tolstoi, un genio de la escritura con una honda penetración psicológica que nos hizo comprender al detalle las motivaciones de una mujer adúltera, y sinembargo era un tipo sociopático, desequilibrado, desagradable, que maltrataba a su mujer, y que escribió ese libro como condena del adulterio. Él quería que el comportamiendo de Anna Karenina nos repugnase, y sinembargo llegamos a compadecerla, comprenderla. Él no la entendía, pero fue tan honesto como para retratarla tan fielmente que nosotros sí lo hacemos. Su obra fue más grande que él.

Y entonces me pregunté por qué nunca acabo del todo ese libro. Y apareció el problema de los patronímicos.

Por otro lado, si a alguien le interesan mis lecturas, diré que tengo medio colgado 'Viaje al Oeste' (el del rey Mono, chicos), a medias 'La Cartuja del Parma' y 'El Rojo Emblema del Valor', Acabo de terminar 'Las Puertas de Anubis' y casi casi 'La Costa más Lejana'. Y pienso acabar 'Anna Karenina'. Y pongo a Dios por testigo que nunca volveré a pasar hambre.

Escrito por Aranluc a las 11:24 AM | Comentarios (14)