10 de Enero 2005

Frio

Las nueve de la mañana, en la reprografía del metro me han dicho que no pueden imprimirme el trabajo que tengo que entregar a las once y media esta misma mañana, está helando, el aire es tan frío que duele al respirar, la hierba está gris por la escarcha, y creo que estoy incubando un resfriado.

Lo que vive en mi cuarto no me ha dejado pegar ojo esta noche. Había al menos cinco grados de diferencia de temperatura con el resto de la casa, incluidos baño y cocina, que por las noches siempre tienen la ventana un poco abierta para ventilarse. Hacía más frío que en la calle. A las cinco de la mañana, claustrofóbica y helada, me levanté para abrir la puerta y dejar entrar un poco de aire, y para buscar una estufa. Gracias a eso pude dormir un poco, hasta las siete y media que sonó el despertador.

Ultimamente está dando guerra, creo que le pasa algo. No es nada nuevo, he convivido con él toda la vida, y suele ser un compañero discreto. Puede que sea el desorden, era un tipo metódico, o eso tengo entendido. O puede que se sienta solo, hace mucho que no paso tiempo allí. Tendré que decirle algo. No me interpreteis mal, no suelo hablar con él, gran parte del secreto de la convivencia consiste en ignorarle, pero de vez en cuando es necesario ponerse serio, decirle: eh, vale ya, que yo tambien vivo aqui. Un poquito de por favor. Me ha perdido la calculadora científica, y eso es serio. No era cara, cierto, pero le tenía cariño. Y la necesito. Habrá que hacer algo.

Entre mis propósitos para el nuevo año está ser un poco más ordenada. Es necesario, la entropía suele engullirme con facilidad, y yo necesito orden y concierto para sobrevivir. Si no, caigo en la desidia, todo me da lo mismo. Tambien he hecho propósito de tirar todo lo que me sobra, que es mucho. A veces pienso en mi como en ese personajillo de Labyrint, esa goblin que llevaba todas sus cosas cargadas a la espalda. Gran verdad. Necesito aire fresco, tirar basura, despertar. Una catarsis. Pero eso es algo que no se puede hacer a la ligera: mi compañero de cuarto era relativamente pacífico (siempre tuvo tendencia a perder las cosas y mover las cortinas, pero eso es inofensivo: lo de la temperatura no) hasta que mis tías irrumpieron en mi casa a hacer limpieza y removieron lo que había en el altillo, sus cosas. Guardé algunas, sí, pero supongo que eso le molestó. No le culpo.

Hace frío, tengo que hacer las paces con lo que vive en mi cuarto y entregar un trabajo de clase, y creo que estoy incubando algo.

Escrito por Aranluc a las 10 de Enero 2005 a las 11:13 AM
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