25 de Octubre 2004

Demagogia ilustrada

Hay una pintada camino a mi facultad que reza así: Señor presidente, estoy hasta los ... de usted y de su gente (perdóneseme la pacatería en admitir palabras malsonantes que no sean directamente mías). Lo primero que uno piensa es que dicha pintada tenga ya un tiempecito, pero resulta que no, que fue hecha la semana pasada, soy testigo. Las posibles alternativas son que, o bien el señor Aznar le pareció a ésta criatura graffitera tan eterno que no se ha hecho aun a la idea del Cambio Tranquilo, que le haya calado tanto la frase, con su honda sonoridad, que se resista a desterrarla de su repertorio, o que sea realmente el señor Rodriguez Zapatero quien la provoque, en cuyo caso solo encuentro una respuesta posible: Pronto empiezas, criatura.

Porque ante la divertida frase: todos son iguales, queda la divertida respuesta: si, es cierto, son personas que comen y cagan como tú y como yo, pero en cuestión política la diferencia es abismal. Ahora, es cierto también que son políticos. Claro, que en cuestiones de gobernar dificilmente podrían ser otra cosa: uno puede aspirar a que sea un premio Nobel de física el que le de clases en un instituto, pero lo lógico es que el susodicho premio Nobel no esté por la labor, o que en el improbable caso de que así fuera, quizá las clases resultasen no diferenciarse tanto de las del profe cabrón que ya tiene, o que sean aún peores. En definitiva, si es ser gobernado lo que le molesta al señor artista del spray, quizá una temporadita sin gobierno (en el Irak Holliday Inn, por ejemplo...) le resultase instructiva. Porque creo que hay mucho anarquista de pacotilla en éste país: el verdadero seguidor del anarquismo tiene cosas mejores que hacer que quejarse interminablemente. No es un destructor, es un constructor. Para llevar adelante un país en un sistema anarquista hace falta una capacidad de compromiso y responsabilidad que la mayor parte de las personas que pintan una A en un circulito y escriben con la K por las paredes no tiene. De hecho no creo siquiera que sepan que es posible.

Sinceramente creo que la mayoría de los anarkistas con k del hoy son los aborregaos del mañana, porque toda su ideología se reduce a una frase: todo es una mierda. Así que cuando se les pasa la rebeldía adolescente y tienen que llevar el mendruguete de pan cada día a casa con su megatrabajo basurilla se les bajan los pelos, se les sube la cinturilla de los pantalones y se les afina la ortografía.

Un poco de seriedad...

Y en cuanto al gobierno, considerémosle un mal menor, como el que tiene que ir al dentista todos los años. Hacerse un empaste es una pesadez, pero peor es tener una muela picada. Vivimos en una aldea global, y eso tene sus ventajas y sus inconvenientes. Quizá las pequeñas tribus tengan una calidad humana superior, y no lo niego, lo que pasa es que no son compatibles con una esperanza de vida superior a los 50 años. Decía el otro día un catedrático de física que el gran mal de la sociedad es que todo el mundo se cree con derecho a tener coche y aire acondicionado, y suena horrible, pero es rigurosamente cierto. Supongo que él lo decía por la crisis energética y la contaminación, pero también sirve en un ámbito moral: la igualdad no es que el rico no tenga sus comodidades, que se joda como el pobre, pero tampoco es que el pobre tenga todas las pijotadas que tiene el rico, porque a la larga no las tendrá, solo serán sucedaneos ridículos para tenerle contento, y eso es pan y circo, y es todavía peor que no tenerlo. La igualdad es que la ley nos alcance a todos, y que el que roba diez euros no sea tratado peor que el que roba diez millones (cosa que ahora ocurre) y ya que estamos, que se nos eduque desde niños para saber diferenciar entre lo que es necesario y lo que es tontería. Un movil es útil porque sirve para llamar en una emergencia. Un movil con pantalla a color, cámara integrada, tonos polifónicos, compatibilidad java y tolón tolón es útil porque sirve para llamar en una emergencia, y para apañarle el día al caco que te lo mangue. Señores, si me lo dá la operadora gratis cuando hago un cambio que me beneficia en las tarifas, lo cojo, pero que no esperen que de motu propio lo pague a su precio, sobre todo porque seguro que vale la mitad de lo que me cobrarían, o menos (nadie da algo a cambio de nada), y ya me lo están cobrando de todos modos con la pasta que me soplan en llamadas.

Y el resto es silencio.

Escrito por Aranluc a las 25 de Octubre 2004 a las 10:56 AM
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