Hay una juguetería en Madrid (solemos ir a jugueterías a curiosear porque nos encantan, semos asín) donde en la sección peluches (hacemos el numerito en esa sección muy a menudo) tienen unas muñecas de trapo vestidas de brujitas, y Gato suele coger una en cada mano y perseguirme por toda la tienda diciendo con voz aflautada: "Profesora, Profesora, Profesora..." con la coña de que yo soy Profesora de Pociones. Es curioso, es capaz de perseguirme por toda la tienda hasta que me encaro con él y razono con esos pequeños engendros de trapo hasta convencerlos (!) de que me dejen en paz, que son una pesadilla, por cierto. Yo suelo decir para consolarme que Gato será un padre estupendo, pero a veces tengo mis dudas...
Y otra paranoia para el bote: ¿os habeis fijado que, tanto en El Prisionero de Azkaban como en La Piedra Filosofal (películas, no libros) se ve a Snape entrando en clase con un ímpetu envidiable? ¡Plas! Patada en la puerta, estilo Corcuera, y venga pasillo adelante hasta la pizarra a toda velocidad ondeando capa. Gato dice que estar de pie en el pasillo cuando va a entrar Snape es peligroso, que suele arroyar a dos o tres alumnos por año escolar, eso sin contar los que mueren aplastados por escuchar detrás de la puerta cuando él entra... (ese era, por cierto, uno de los problemas que me planteaba una de esas odiosas brujitas de trapo: "Profesora, Profesora, Profesora, mi hermana está en la enfermería, estaba detrás de la puerta y el Profesor Snape la ha aplastado, se ha quedado planilla, así." Yo ya pasé de decirle nada coherente e intenté confiscarle la escoba, pero no lo conseguí porque la tenía cosida a la mano y porque se debatía como una condenada "¡Nooo, mi nimbus nooo!"
Se lo que pensais, que estoy muy mal. ¿Y lo que me divierto?
(Nota posterior: resulta que el aula de pociones se abre hacia afuera, Romerales. Bueno, me da lo mimmo. Estar apoyado en la puerta cuando Snape entra y caerle encima también será mortal.)
Escrito por Aranluc a las 21 de Septiembre 2004 a las 06:30 PM